Martes 23 de julio, 4º día de crucero, 2º con excursión. Este día el desembarco era a las 10, pero nos levantamos a las 7.30. Ella ya no podía dormir más y yo tenía sobredosis de sueño. Aprovechamos para un desayuno temprano y, por fin, con tranquilidad.
Se ve que llegamos al puerto de Civitavecchia con adelanto porque llamaron 25 minutos antes de lo previsto para el desembarco, que esta vez nos tocó en la segunda tanda. Cuando llegamos al punto de encuentro con el autobús de la excursión allí no había nadie esperándonos. Afortunadamente no tardó mucho en llegar, pero se llenó enseguida y tuvimos que esperar un par de minutos a que llegara el siguiente. Algo más de una hora después estábamos por fin en Roma, donde por supuesto hacía calor…
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