Praga - Día 4: Castillo de Praga y Colina de Petřín
Hoy nos levantamos a las 7, desayunamos y salimos a eso de las 9 de nuevo hacia la zona del castillo para terminar de verlo. A esa hora estaban las calles y el castillo desiertos, por lo que pudimos ver las cosas mejor, más tranquilos y sin tanta gente por medio.
Catedral de San Vito
¿Cómo? ¿Otra vez la Catedral de San Vito? Pues sí, otra vez. Aprovechamos para hacerle fotos sin gente por medio y para entrar a escuchar el órgano, que justo lo estaba tocando en ese momento.
Callejón de Oro
También pudimos ver el Callejón de Oro sin la muchedumbre que suele haber.
El Callejón del Oro es una calle corta y estrecha situada en el interior del Castillo de Praga. Su lado izquierdo está ocupado por casitas de colores que fueron construidas en los muros del castillo a finales del siglo XVI para los guardias del castillo. Debido al poco espacio de que disponían y a que eran 24 guardias, las casitas tuvieron que hacerse muy pequeñas.
En el siglo XVII los orfebres, a los que debe su nombre actual el callejón, ocuparon las casas y las modificaron.
En el siglo XX fueron desalojados y las casas se han convertido en tiendecitas de marionetas y otros productos típicos. El Callejón del Oro es especialmente conocido porque en la casa número 22 vivió Franz Kafka entre 1916 y 1917. En la casa número 14 vivió Madame de Thebes, una vidente que fue asesinada por la Gestapo a fines de la II Guerra Mundial por haber anunciado el fin del nazismo.
Torre Daliborka
Al salir del callejón, subimos por unas escaleras puñeteramente estrechas a la torre Daliborka, que fue una cárcel muy famosa hasta finales del siglo XVIII . Fue bautizada con el nombre de su primer prisionero, Dalibor de Kozojed.
Hoy día la torre alberga una exposición de instrumentos de tortura.
Museo del juguete
El museo del juguete tiene dos plantas y está situado en lo que solía ser la Casa del Supremo Burgrave (conde o señor de una ciudad o un territorio) del Castillo de Praga. La entrada nos costó 70 czk a cada uno.
La exposición cuenta con una enorme colección de juguetes antiguos europeos y americanos: sesenta vitrinas en siete salas donde se expone buena parte de la gran colección del cineasta y escritor Ivan Steiger. La otra parte de su colección está en la Torre del Antiguo Ayuntamiento de Munich
Hay 150 años de historia: juguetes de madera y hojalata, muchas muñecas y casas de muñecas, maquetas de casas victorianas, todo tipo de vehículos y animales, una pista de circo con sus payasos, peluches, robots, edificios... También se encuentra aquí la más famosa y valiosa colección de juguetes musicales y a cuerda fabricados en Francia, Alemania y Norteamérica.
En la segunda planta hay una exhibición enorme de muñecas Barbie. Te las encuentras de todo tipo y de todas las épocas. Incluso había personajes de Star Wars y Star Trek al estilo Barbie.
Viñedo de San Wenceslao
El Viñedo de San Wenceslao es una de las viñas más antiguas del país y según dice la leyenda trabajó en ella el mismo San Wenceslao. La vid se cultivó allí hasta el siglo XIX. Tiene una superficie de casi siete mil metros cuadrados.
Tiene unas excelentes vistas de Praga, divisándose el barrio de Malá Strana y el valle del río Moldava. Hicimos una parada en un restaurante que había en la zona para probar una nueva marca de cerveza negra, servida en jarra de 400 ml. (65 czk cada jarra), para descansar, reponer fuerzas y disfrutar del paisaje.
Jardín Real
El Jardín Real fue fundado por Ferdinand I en el siglo XVI y tiene muchos árboles de origen extranjero y varios edificios renacencistas. Es muy bonito y extenso y tiene una salida que comunica con el Jardín Wallenstein, por el que también estuvimos paseando y que también merece mucho la pena.
A mediodía fuimos al hotel y comimos allí, en un patio interior que tiene. Nos clavaron con el agua, como ya era costumbre, pero la comida no era mala.
Tras el almuerzo subimos a descansar un rato a la habitación, que justo estaban arreglando en ese momento (vaya corte), y luego decidimos subir a ver el monte Petřín.
Colina de Petřín
Subimos en el funicular de Petřín, cuyo precio ya está incluido en nuestro bono de transporte. El recorrido fue de unos 500 metros.
La colina de Petřín se encuentra a 327 m sobre el nivel del mar y es un buen lugar para pasar un rato de relax; sus jardines son los preferidos por los praguenses para pasear y tomar el sol.
Una vez en la colina, es recomendable subir a la torre de Petřín, de 60 m de altura y con un estructura basada en la de la torre Eiffel de París. Es el mirador más alto de Praga y las vistas son impresionantes. Yo no subí y la verdad es que me arrepiento. Afortunadamente @mystra74 sí lo hizo y pude disfrutar al menos de sus fotos.
A la vuelta de la colina de Petřín, cenamos en la calle Nerudova, un poco más arriba de nuestro hotel. La cena consistió en medio pato para ella y una mezcla de carnes para mi. De beber litro y medio de agua a 150 czk la botellita (sí, 6 € 1.5 l, peor que si fuera petróleo). En total fueron 862 czk, incluyendo el 15% de propina que ellos mismos añadieron a la cuenta, pero al menos estuvo bastante bueno todo. Con eso dimos por finalizado el día. Una vez más volvimos al hotel rotitos.
Puedes ver todas las fotos del día en el álbum Praga 2009 - Día 4.
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