Praga – Día 6: Terezín (campo de concentración)

Esta entrada pertenece a las 'Crónicas de Praga'. Si no has leído el resto de entradas, ¿a qué esperas?

Hoy empezamos el día temprano: nos levantamos a las 6 para ir pronto al puente Carlos, antes de que se llenara de gente. Llegamos a las 6:45 y, como habíamos pensado (y leído en internet, no nos engañemos), aquello estaba desierto. Así que pudimos hacer fotos a la luz del día y sin la muchedumbre habitual. Después volvimos al hotel a desayunar y planear nuestra siguiente visita.

Puente Carlos a primera hora
Puente Carlos a primera hora
Vista desde el Puente Carlos hacia un lado
Vista desde el Puente Carlos hacia un lado
Vista desde el Puente Carlos hacia el otro lado
Vista desde el Puente Carlos hacia el otro lado

Después de desayunar, decidimos ir a la estación de autobuses de Florenc a informarnos de los autobuses a Terezín, donde hay un campo de concentración al que queríamos ir. Al final acabamos sacando 2 billetes para una hora después, y resultó que, al contrario de lo que habíamos leído por internet, el autobus no salía de allí. Menos mal que la chica que nos atendió fue muy apañada e incluso nos apuntó en un papel en qué parada de metro teníamos que bajarnos para ir a la estación de autobuses de la que partiríamos.

Billete de ida a Terezin
Billete de ida a Terezin

El viaje nos costó 174 czk los dos billetes (solo ida) y duró algo menos de una hora: Terezín está a unos 65 km de Praga. Ya en Terezín (o Theresienstadt en alemán) sacamos dos entradas completas a 200 czk cada una. Esta entrada daba derecho a visitar (tal cual viene en la entrada):

Entrada a Terezin (por delante)
Entrada a Terezin (por delante)
Entrada a Terezin (por detrás)
Entrada a Terezin (por detrás)

Pequeña Fortaleza y Cementerio Nacional

El Cementerio Nacional fue creado en 1945, tras la liberación de Terezín, por petición de los antiguos presos y los parientes de los que allí murieron. Fueron exhumados los cuerpos de seis fosas comunes en las cercanías de la Pequeña Fortaleza que habían sido usadas entre marzo y mayo de 1945. En septiembre de 1945 se celebró un funeral en por las 601 víctimas exhumadas.

Después de la exhumación, el Cementerio Nacional actualmente contiene 2.386 tumbas individuales. Muchos miles más, muertos en la Pequeña Fortaleza, en el ghetto de Terezín y en el campo de Litomerice, así como aquellos que llegaron al ghetto durante las evacuaciones de 1945, están enterrados en fosas comunes marcadas con cinco pilones. En conjunto, descansan unas 10.000 víctimas en el Cementerio Nacional.

Cementerio Nacional
Cementerio Nacional

La Pequeña Fortaleza fue construida entre 1780 y 1790. En la segunda guerra mundial fue usada como campo de concentración por los nazis a partir de 1940. A pesar de ser de concentración y no de exterminio, fueron miles los que murieron en él.

Entrada al primer patio
Entrada al primer patio. En el cartel se lee 'Arbeit macht rei', 'El trabajo libera', lema también de Auschwitz

Fue el primer sitio al que fuimos y lo que más tiempo nos llevó con diferencia; también fue sin duda lo más interesante. Realmente impresiona ver las terribles condiciones de vida allí, si es que eso se podía considerar vida: hacinamiento, hambre, enfermedad…

Se pueden ver los barracones, los patios, la enfermería, las duchas, las celdas y otras habitaciones.

Una de las habitaciones de Terezin
Una de las habitaciones de Terezin. En cada una vivían hacinadas cientos de personas. A la izquierda se pueden ver las 'camas'
Letrina de la habitación
Letrina de la habitación. Solo una por habitación.
Celda de aislamiento
Celda de aislamiento
Enfermería
Enfermería

Incluso es posible recorrer un agobiante túnel subterráneo de casi un kilómetro de largo por el que llevaban a los presos. El túnel es estrecho y tiene el techo bajo, lo cual aumenta la sensación de angustia.

Túnel de Terezín
Túnel de Terezín
Dimensiones del túnel
Dimensiones del túnel. Foto de @mystra74
Y a la salida… la horca
Y a la salida… la horca. Foto de @mystra74

A la salida de la Pequeña Fortaleza comimos en un puestecillo por 316 czk: 2 hamburguesas dobles con queso, patatas fritas, una coca cola y un botellín de agua (sin gas, por supuesto). Esta vez sin propina ni hostias, que esto no es Praga y no son tan tiquismiquis con estas cosas. De postre dos helados tipo bombón nata por 25 czk cada uno. Después de todo lo que habíamos visto es casi un milagro que nos entrara la comida, pero nos entró.

Tras esto fuimos al resto de sitios, que estaban repartidos al otro lado de Terezín, en lo que solía ser el gueto amurallado (o fortaleza grande, como también se lo llamaba).

Museo del gueto judío

Abierto al público en 1991 y ubicado en la antigua escuela, está dedicado a la vida en el gueto judío de Terezín, lógicamente mucho mejor que la del campo de concentración, pero aun así muy dura. La exposición estaba repartida en dos plantas con varias salas llenas de fotos, dibujos de los niños del campo de concentración, utensilios de la época, documentos…

Barracones de Magdeburg

Los antiguos barracones de Magdeburg fueron reconstruidos y abiertos al público en 1997.

En general es una exposición parecida a la del museo anterior, pero tiene una habitación acondicionada como las casas del gueto, en las que vivía un montón de gente. Está muy conseguida y sirve bien para hacerse una idea de las condiciones.

Sala acondicionada como las casas del gueto
Sala acondicionada como las casas del gueto. Foto de Viajar a Praga

Columbario, cementerio y crematorio

En el columbario se encuentran las cenizas de los judíos incinerados allí.

Columbario
Columbario. Foto de @mystra74

Justo enfrente del columbario está la sala ceremonial, donde los familiares y amigos se despedían de los muertos. También aquí se limpiaban, etiquetaban y preparaban los cuerpos antes de enterrarlos o incinerarlos.

Sala donde preparaban los cadáveres
Sala donde preparaban los cadáveres. Foto de @mystra74
Carro donde transportaban los cuerpos
Carro donde transportaban los cuerpos. Foto de @mystra74

Al cementerio no entramos: los hombres debían entrar con la cabeza cubierta y, en ese momento, yo no tenía nada con que cubrirla. El crematorio no lo encontramos, aunque supongo que estaba en el cementerio; dejamos de buscarlo definitivamente cuando empezó a llover a mares.

Si queréis ver cómo era todo aquello sin gastar ni un euro en viajes, en Terezín Memorial virtual tour tenéis 9 vistas de 360º de la zona. No es lo mismo, pero es gratis.

Ya de vuelta y bajo una lluvia torrencial intentamos buscar la estación de autobuses. Como veíamos autobuses pasar mientras buscábamos el crematorio, fuimos en esa dirección (mala idea). Tras un buen rato andando sin llegar a ningún sitio nos dimos la vuelta con la idea de volver a la zona del museo y preguntar allí. Pero se nos ocurrió la brillante idea de preguntar en un hostal-restaurante que nos encontramos por el camino. Entré yo mientras @mystra74 se quedaba fuera con los paraguas para no mojarle el suelo al pobre hombre. Dentro solo había un tío que no hablaba ni un poquito de inglés y que básicamente me echó a la puta calle cuando pregunté por el autobús diciendo que aquello era un restaurante (imagino que diría algo así, pero fijo que aderezado con palabras menos agradables) mientras gesticulaba como pidiendo una paliza (lástima no haberlo complacido…) y gritaba alterado "¡centrum, centrum!". Bueno, pues vale, vamos para el centro, pero tampoco hay que ponerse así, ¿no? Menudo hijo de puta resultó ser el "pobre hombre".

Total, que seguimos hacia el museo, suponiendo que aquello sería el centro (como así fue), y sin ganas de preguntarle a nadie más, aunque tampoco es que pudiéramos elegir, que con la que estaba cayendo, no había un alma en la calle. Al final resultó que el autobús se cogía justo al lado del museo (ahora que lo sé, parece hasta lógico, ¿no?). Nos pusimos a resguardo de la lluvia mientras esperábamos, durante 45 minutos, a que llegara el autobús. No nos vino mal que tardara, porque mientras nos pudimos secar un poco, que no veas cómo nos pusimos. Aunque también nos dio tiempo de preocuparnos un pelín, porque íbamos a coger el último autobús y si por lo que sea no llegaba (no estábamos 100% de que aquella fuera la parada), nos tocaría pedir un taxi (en inglés, que a saber si nos entenderían) o pernoctar allí, siendo el único sitio que habíamos visto para ello el de nuestro amigo el "simpático"; vamos, que antes duermo en la calle que volver a ver a ese tío.

Durante el viaje de vuelta pasé otro mal rato cuando a mitad de camino le di sin querer a un botón de stop y encima levanté la mano y dije (muy bajito) "sorry", delatándome yo solo. Casi todo el resto del camino hubo un letrero en rojo de "stop" en la parte de delante del autobús por culpa de mi gracia y yo cada vez que lo veía me ponía del mismo color de la vergüenza.

De vuelta en Praga comimos en un bar de una estación de metro. Nos comimos 2 platos consistentes en 2 filetes empanados, un viaje de patas fritas, una hoja de lechuga, un pepinillo y media rodaja de limón (más detallado ya no puedo ser, ¿eh?). Eso y 2 botellines de agua nos salió por 559 czk.

Y por fin de regreso al hotel.

Puedes ver todas las fotos del día en el álbum Praga 2009 - Día 6.

Praga 2009 - Día 6 - Álbum en Flickr